martes, 4 de junio de 2013

¡No soporto a su familia!

La irremediable relación Pareja y Familia política
 
Salvo excepciones es una relación que no ves venir. Sólo tienes ojos para el romance y lo demás gravita algo borroso a vuestro alrededor. Pero poco a poco va perfilándose ante ti y acabas siendo miembro de un equipo, el de "Adoro a mi familia política" o el de "No soporto a mi familia política". 
Si no se gestionan bien las relaciones y los normales roces que surgen en el trato, puede ser una pesadilla para la pareja y en el peor de los casos, llegar a romperla. Imprescindible tener una conversación con tu pareja, establecer límites y dejárselos claros cada uno a su familia.


¿Cuales son las principales quejas o problemas?
Invasión de la intimidad
Pensar que en cualquier momento "alguien" puede aparecer por tu casa sin avisar y tener la sensación de no poder gestionar tu propio tiempo y espacio es muy estresante. Si además se dedican a opinar y aconsejar sobre vuestros asuntos, ¡más estrés!.
Contacto permanente
Cuando no se plantan en tu casa, están al teléfono o mandando wassaps.
Ninguneo
Te ignoran y no cuentan con tu criterio en absoluto. Además de todo lo anterior, se encargan de dejar claro al miembro extraño del clan que no es bienvenido o considerado, simplemente lo toleran pero no consideran ni su opinión ni su presencia.
¿Cómo enfocarlo?
Imagínate que eres parte de una pareja intercultural y a la hora de conocer a la familia de tu pareja ya sabes de antemano que no tienen nada que ver contigo o tus costumbres. Como eres consciente de ello, te mentalizas para afrontar las dificultades y vas con los ojos muy abiertos para adaptarte a la situación y responder lo mejor que puedas a sus demandas. Si hay roce, no te lo tomas personal, lo achacas a la diferencia cultural.
Si lo haces así, es más probable que las cosas funcionen que si das por sentado que todo tiene que ir bien de forma espontánea porque vosotros os queréis y eso es lo que importa.
Este es tu mantra, repítelo camino a casa de la familia política; "Yo soy de Mercurio y mi cuñada es de Plutón".
¿Hay un antídoto?
Sí, lo hay, se llama ComplicidadEl apoyo incondicional en la pareja frente al resto del mundo hace que ningún tsunami (familiar o no) pueda con vosotros. Si además ambos practicáis el sentido del humor, ¡invencibles!.
Y tú, ¿de qué equipo eres?

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